domingo, 16 de diciembre de 2012

Estrechez en el horizonte

Recientemente me he encontrado con camaradas de ciencia, compañeros de disciplina, y en estos encuentros ha vuelto a cuento una vieja controversia: La estrechez de sus visiones. Tampoco es que me quiera entrometer en temas de metafísica y cosas por el estilo. Es una reflexión que pretendo poner en crudo.

Hace años que me intereso por la divulgación de la ciencia a pesar de que aún no logro iniciarme formalmente en la disciplina. En un principio, hacía corajes al escuchar gente que se expresaba literalmente así: "Yo no tengo por qué enseñarle a idiotas cosas que la verdad no van a entender" y, como consecuencia, se condenaba al olvido el conocimiento sobre el mundo empírico. Ahora, me entristezco.

La tristeza no es por la condena literal al enclaustrar la información. Más bien, me da mucha tristeza escuchar soberbia en gente que debería de evitarla; no tanto por la labor de divulgador, sino por la razón de las ciencias naturales: estudiar el mundo empírico toda vez que su comprensión nos ayudará a comprendernos más, lo cual implica colocarnos en un sitio diametralmente opuesto al de amo y señor del universo (merced a la herencia divina o lo que gusten).

Lo peor viene cuando esas mismas palabras de soberbia salen de quien busca ser divulgador. De cualquier modo, la cosa va así: ¿qué tan amplio es el criterio?

Independientemente de nuestra disciplina, es frecuente que la gente condene a las primeras de cambio y no con un "me gusta o no me gusta" sino con "es inferior" o con construcciones que acusan en su sentido lo chocante que es hablar de un tema y su menosprecio.

Pongo el ejemplo: Se habla de un bicho cualquiera ante un público más bien heterogéneo; es bueno exponer las características biológicas de ese ser vivo, eso habla del dominio disciplinario. Sin embargo, ese mismo dominio se merma cuando sólo se hiper-especializa. Por el contrario, el conocimiento especializado (biológico en este ejemplo) cobra un mayor sentido cuando se sitúa en una realidad en la que no sólo valen taxonomías y moléculas, cuando se vincula con una realidad menos ajena a ese público heterogéneo.

Sin embargo, mucha gente goza de alimentar su ego al mostrar su conocimiento sin buscar que sea comprendido en un diálogo con el lector-escucha-testigo. Es entonces cuando el resultado es hartazgo y rechazo por quienes no comparten la estrecha visión del expositor, y se alimentan declaraciones como las que abrieron esta reflexión: nadie entiende, ergo se condena al olvido.

No sólo de pan vive el hombre. Es una característica de la "universidad" ese carácter "universal" que tanto se ha diluido en el absurdo afán de coleccionar especialidades, disciplinas estrechas que poco a poco se hacen  más ajenas al humano. Ya he hablado del tema en otras entradas, y se vincula con este porque justo cuando se trata de entender el mundo empírico, como lo reflexionó el buen René Dubos en Los sueños de la razón, uno no puede tener estrecho el horizonte.

lunes, 1 de octubre de 2012

Árboles para beber

Todos los días tocamos agua, la dejamos correr por nuestro cabello, nuestra boca, nuestra piel, nuestras cosas. Cuando llueve, el agua cae entre las hojas y las ramas de bosques, parques y jardines hasta el suelo, donde se filtra y escurre entre los millones de granitos de roca y suelo. Llega a espacios subterráneos donde se mueve en ríos escondidos llamados mantos acuíferos, hasta donde alcanzan las raíces de algunos árboles para beber o las tuberías que los ingenieros colocan para bombear el agua hasta nuestras casas.

Como se ve en las macetas que todos hemos roto en el patio, el suelo bajo las plantas se mantiene unido gracias a las raíces que crecen hasta bien adentro en busca de agua y nutrientes. Entre los granitos del suelo y las raíces, el agua de la lluvia, el hielo o la nieve escurre hasta los mantos acuíferos.

En las grandes montañas, como los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al oriente de la Ciudad de México, hay bosques tan viejos que no hay quien recuerde cuando sus árboles tenían apenas algunos centímetros de alto. Bajo ellos pasa lo mismo que en las macetas, el agua escurre entre sus raíces y a través del suelo.




Los dos volcanes y todo lo que vive en ellos forman uno de los parques más importantes de México, el Parque Nacional Izta-Popo, que nos permite conservar una gran variedad de seres vivos. Entre los miles de pinos y oyameles que crecen en los volcanes se puede encontrar un conejo pequeño y regordete que sólo vive en esos bosques, el teporingo o zacatuche; ahí también habitan venados cola blanca, zorras, linces, ¡incluso hay halcones de cola roja que vuelan entre los árboles a gran velocidad!

Gracias a que el ambiente en el Parque se mantiene lo más natural posible, los bosques pueden crecer. Esto no quiere decir que nada les pase. Con la temporada de secas los pastizales, que crecen más allá de los bosques y un poco antes de donde sólo hay hielo y nieve, se queman. Estos incendios son naturales y se generan por el mismo ambiente. El fuego se extiende hasta los bosques y con él mueren plantas enfermas. Con el calor, se abren los conos que cayeron antes de que iniciara el incendio y, entonces, las semillas de los pinos quedan entre la hojarasca quemada y el suelo para poder germinar con las primeras lluvias de la próxima temporada.

Con las lluvias de primavera y verano, bajo las ramas de los pinos y entre las fuertes raíces, crecen miles de hongos, algunos venenosos y otros comestibles. La gente que vive en los alrededores sube a recolectar los hongos comestibles para venderlos a los visitantes. Además, muchas otras personas suben todos los días durante todo el año, para cuidar de que las condiciones del Parque se mantengan lo más naturales posible; cuidan que nadie inicie incendios, que nadie dañe a los seres vivos, porque hacerlo afectaría el modo de vivir de todo cuanto ahí existe.

¡Tanta vida puede conservar un bosque sano! Más que él mismo. El agua que se filtra entre sus raíces llega a los mantos acuíferos, desde donde nacen pozos y manantiales o desde donde parten tuberías que la bombearán hasta nuestras casas. Por eso, es probable que el agua que escurrió entre las raíces de uno de los pinos más viejos de los volcanes termine purificada en el próximo vaso que bebas.

jueves, 9 de agosto de 2012

Scratch du oro

No falla; es temporada de olímpicos y nos inundamos de frustradas y frustrados que gozan con gritar a los cuatro vientos que no gustan del deporte, que no verán los olímpicos y que nadie que se precie de pensar un poco o de tener criterio debería de verlos.

Los hay que generalizan la sana práctica deportiva con las vilezas de quienes comercian con ella, sea en telecomunicaciones, sea en apuestas o sea en toda la parafernalia que permite el espectáculo de los juegos olímpicos. La verdad es que sí, los atletas tienen un empleo que gozan y por el cual reciben un pago... Cobran por jugar. ¿Tiene eso algo de vileza? Me refiero al hecho de hacer deporte y recibir un pago por ser suficientemente bueno como para generar en un público un torrente de sentires y pasiones.

En el caso anterior se meten las instituciones; ¿qué le vamos a hacer? Poco en este mundo está lejos de las instituciones, y si lo está ni nos enteramos, precisamente porque las telecomunicaciones se deben a las instituciones. Esos criticones se nos caen.

¿Qué pasa con quienes apelan a la competencia? Que si es mala, que si es ruin. Les tengo noticias, el deporte en sí mismo es competencia; en el caso de los olímpicos, sí que se enfrentan naciones, con al salvedad de que todo se realiza en un contexto de franqueza y equidad, cosa que no sucede con la tan constante pero deplorable guerra.

Sistemas educativos aparte, las competencias son inherentes al humano; somos seres vivos en diaria lucha por la existencia, otra cosa es cuando hay deslealtad y deshonor, pero la competencia es parte de las relaciones ecológicas que sostienen el entramado de la vida.

Vemos las disciplinas y claro que se ven ejemplos de deslealtad, de malos sentimientos, de ventajas injustas; sin embargo, hay atletas que a pesar de todo triunfan. Evidente ejemplo, pero no falta quien quiere echar mano y saludar con sombrero ajeno. Es donde entra otra historia y otro tema, la ética y el hacer bien las cosas al comunicar y "reflexionar", pero para eso están las entradas venideras.

¿Qué pasa con los otros escupidores? Sí, los que gozan con decir que "el segundo lugar es el primer perdedor". Bueno, pues es que no tienen idea, ni la más mínima, de lo que es hacer deporte para ganar. Además, no tienen idea de lo que es competencia; porque para que alguien gane, alguien debe perder; que hablan como si sólo fuese el preparado el que está ahí y el otro fuera un muñeco de paja.

En resumen, quienes escupen al deporte olvidan que al final de la partida, el rey y el peón van a la misma caja; que la competencia uno a uno o equipo a equipo sigue siendo leal y depende de muchísimos factores, entre ellos la capacidad del sujeto más allá de la parafernalia tecnológica o el peso de la historia.

Quienes escupen, generalmente no tienen las agallas de tomar un balón e intentar tirar al arco o de tomar los aros e intentar izarse hasta poner la cabeza a la altura de los eslabones. Se quedan con una superficie del espectáculo y no del deporte: Arañan el oro y se contentan, se conforman con ello.

jueves, 5 de julio de 2012

El hilo negro de junio

Comentario del hilo negro 99: Como humanos conformamos una colectividad, nuestras decisiones afectan a terceros ¿por qué elegir cosas o caminos sólo en nuestro solo beneficio? Eso elimina la colectividad del panorama.

Prefiero la primera del plural a la primera del singular..





Comentario del hilo negro 98: Ser intolerante con quien decimos que es intolerante es caer en ojo por ojo ¿no es así? ¿Acaso eso es pensamiento crítico? ¿Acaso equivale a firmeza?




Comentario del hilo negro 97: Olvido los sueños y será que nada quiero saber de ellos, que nada anhelo del deseo que subyace mis pensamientos, mis acciones. Mis manos se envuelven en la inmediatez y mi boca escupe cuando atizan un posible recuerdo. 

Eso es el motor de la civilización delirante.





Comentario del hilo negro 96: En tiempos revueltos, la vieja escuela resiste. ¿De qué te sirven los gadyets y los laiks si no sabes esbozar una sonrisa que no sea emoticón?




Comentario del hilo negro 95: Lo publicado en redes sociales se toma por verdad absoluta, pero no por la calidad de la información sino porque se descontextualiza. El contacto permite conocer más detalles y formar mejor las decisiones.




Comentario del hilo negro 94: El 10 de mayo es el día de todas las cosas.




Comentario del hilo negro 93: Es desesperante que se busque convencer por el sentimentalismo, al final todo se constriñe en un mundo, en una vida sin fundamentos.




Comentario del hilo negro 92: Y sólo con ser yo.




Comentario del hilo negro 91: Uno de los peores males que nos tiene como estamos es la idea de que una persona significa el futuro y las soluciones a los problemas que con soberana soberbia no nos atrevemos a enfrentar para solucionar. [Mejor aún: Uno de los peores males que nos tiene como estamos es la idea de que una persona ajena a nosotros significa el futuro y las soluciones a los problemas que con soberana soberbia y holganza no nos atrevemos a enfrentar para solucionar.]




Comentario del hilo negro 90: Salir a las calles a manifestarse requiere valor, pero requiere más valor dar significado y aplicar lo que manifestamos... Hacer de ese grito multitudinario algo patente en nuestras vidas.




Comentario del hilo negro 89: Recuperar el humor es signo de una buena salud emocional.




Comentario del hilo negro 88: Vivir intensamente no es beberse la vida de un sorbo.




Comentario del hilo negro 87: La razón para vivir está en que podemos seguir soñando, no en soñar que seguimos viviendo.




Comentario del hilo negro 86: Trabajar en el terreno corto no equivale a sólo mirar la propia nariz; el paso a paso no debe evitar mirar el horizonte.




Comentario del hilo negro 85: ¡Otra oportunidad! ¡Otra oportunidad! ¡Otra...! ¿Otra? El país de las oportunidades.




Comentario del hilo negro 84: El problema no es cuánto se debe, es que se debe.




Comentario del hilo negro 83: El problema de alzar la voz sin pensar, sin un final, es que acusa miedo a algo tan desconocido que puede ser ese mismo miedo. Acusa falta de reflexión y eso puede ser ignorancia del cuerpo y del espacio y del tiempo en que se vive.

¿Qué haces? X cosa... ¿Por qué? Por X razón... Y ¿qué con eso? No sé. Al final cae la noche. Noche, noche.





Comentario del hilo negro 82: Tan deplorable es fomentar la idea de mujer abnegada y obediente como lo es fomentar la idea de la puta como modelo a seguir.




Comentario del hilo negro 81: Quadri es el mejor ejemplo para sostener que ser preguntón no es lo mismo que ser crítico. Además, que utilizar bien el pospretérito no es cosa fácil ni conocida pero bien común en los "ciudadanos".




Comentario del hilo negro 80: Increíble, Kafkiano. Ayer, miles de cientotreintaidoses gritando y manifestando; hoy, quitan la exigencia de limpiar el traspatio de la educación en México para montar a un pendejo con sus borregas.

¿Manifestación por pendejos? ¡Sí! ¿Acaso sólo Televisa?

No vale invocar el concierto de McCartney, por lo menos él sí marcó historia.





Comentario del hilo negro 79: El presupuesto se necesita para más que para la gente por sí sola, el país es más que la suma de sus habitantes.




Comentario del hilo negro 78 (remix del 77): Porque todo es igual de manera que no hay parámetro para comparar qué sí está bacán (chido) y qué no; a quién amas y a quién no, quién recibe la sangre de tus venas y quién la de tus arterias y quién tus miradas y tus humores y tus desgarres... ¡Todo está en el mismo saco! En el mismo cajón; no hay sacrilegio porque nada es sagrado.

Discernir entre vivo y muerto, entre sobre y luz... Si nos quedamos empantanados en que todo es lo mismo ¿hay votación? ¿realmente hay diferencia entre ellos? Quiero pensar que sí, y que precisamente por eso sabemos qué sí queremos y qué no queremos. Pero indigna que tomar esa decisión da hueva y terror.





Comentario del hilo negro 77: Si todo es bacán, nada es bacán.




Comentario del hilo negro 76: Porque la holganza por vivir se escuda en el opinar y dejar al mundo como algo irremediable, la decadencia como un río que nos lleva. El pez que muere es porque vive, y vive porque nada.




Comentario del hilo negro 75: Ser y estar son dos verbos en español, no como en inglés o francés; de manera que deben entenderse por separado... Con su importancia.




Comentario del hilo negro 72: ¡Qué tanto se ha devaluado significar lo que se nombra! El amor no se hace como si fuera maquila; es más artesanal y artístico. El alma va en ello.

lunes, 2 de julio de 2012

Sin tirar la toalla

Hay eco interno, los pasos no llegan a las paredes revestidas por el tiempo en el gran cuadrilátero del Zócalo. La bandera ondea solitaria, casi pegada al asta. Una mujer sentada en las escaleras de la salida del Metro ojea un periódico barato; apenas se escuchan los autos por las calles y ya es horario de oficina. El centro deja transcurrir la vida por sus calles, un silencio inusitado en lunes.

La vida laboral continúa. Benditas vacaciones; en la red se contagia el activismo político y no falta quien golpea con la consabida hipócrita a quienes comienzan por la palabra y la difusión para luego pasar a la acción física. ¿Será que no cuenta como acción el hecho de informar y argumentar?

Pero ¿qué sucederá? Las primeras planas resaltan la fácil victoria que constituye el retorno de la dictadura perfecta. Al activismo se sigue la apatía y la tristeza, el luto y el miedo. ¿Miedo a qué? ¡Quién sabe! Pocos podemos nombrarlo: Miedo a pan con lo mismo, miedo al contracorriente de nuestro camino inmediato. Pero en absoluto miedo a la muerte.

Esto causa más tristeza que mirar el regreso del México Jurásico. El hecho de que la gente tiembla porque es necesario temblar, porque la multitud tiembla pero no sabe frente a qué tiembla, no sabe si realmente le afecta; en consecuencia, viene la apatía, la certeza de que nada puede hacer y eso es porque precisamente nada sabe de lo que podría hacer.

Las tiendas siguen abriendo, los claxon vuelven a sonar con sus amos histéricos.

¿De qué me sirve enterarme, informar, marchar, actuar? Si al final vuelven los dedos que me llaman hipócrita cuando intento irme por la derecha, respetar, reflexionar; si esos dedos pertenecen a criticones cómodos que no ofrecen argumentos salvo los yerros ajenos.

Y aún peor, ¿por qué buscar la congruencia? Si a mi alrededor el miedo ingenuo e ignorante da paso a la indiferencia de "ver el lado bueno" y mantenerse en la inercia que nos ha dejado donde estamos: Un pueblo virtual, ignorante de sí mismo, irresponsable, indiferente, insensible, inmediato, irreflexivo, un pueblo vestido de moda y no de historia, un pueblo vestido de simplezas gariboleadas y dispersas.

Buscar congruencia, enterarse, informarse, marchar, actuar... Todo eso por mi propia voz, que es lo que me queda en las ruinas entre las que ando; mi voz para mantenerme ligado a aquellos que también luchan, que también actúan agradecidos con la vida que se los permite.

En el zócalo vacío y triste se construyen nuevos caminos. En el cuadrilátero histórico se combate un nuevo asalto, dos minutos eternos hasta limpiar la sangre, la saliva y el sudor.

jueves, 28 de junio de 2012

De estabilidades...

Sus ojos merodeaban por la superficie y sus dedos bailaban, nerviosos, de aquí para allá. En ocasiones se detenían nada más para calcular el próximo salto a un ratón no-vivo que guía a los ojos. Mientras, los labios simulan aquello que se imprime en la luz de la pantalla: El mundo está roto.

Increíble. Las esperanzas, las palabras, los mensajes, el tacto y el otro se desgranan en esa ruptura virtual. Como si el mundo necesariamente fuese aquello que el humano atraviesa y no lo que atraviesa al humano. El mundo está roto porque la sociedad está rota, porque la generación de nuevas cabecitas es en masa, es idéntica y se coloca en canastos frescos con etiquetas impresas con un precio y un código de barras. Porque el reconocimiento en el otro se reduce a un pulgar minúsculo, apenas luminoso, que es intruso en la pupila y desencadena una sonrisa tan virtual como el pulsar la tecla delete o el botón de encendido.

¿Qué sucede con los sujetos? Nos aferramos a la ilusión y el deleite delirante de la propia imagen, que no escape a nuestro asiento, antes de confirmar qué tanto se rasga la piel con un sólo índice, con una palma, con un cacto, con un cabello... Con salir del mundo electrizado.

¿Qué ha pasado con las conexiones que reducen distancias? Que las han vuelto virtuales; tanto como el papel de uno en el mundo virtual, el mundo roto virtual, el mundo de la ruptura virtual. Ahí, somos una cifra: el cero inventado y lo que existe a su izquierda, en ese lugar que nada nos dice, del que nada sabemos, el que no nombramos.

De pronto la relación se reduce al par de trompos que giran sobre su propio eje y que, con el tiempo, se percatan de la imposibilidad de fundirse. De pronto, la sonrisa y el sentir son instantes que sobreviven gracias a un enchufe y una clavija. Y sobrevivimos, nos dejamos ir de muertito en el mar de la inmediatez, de la incertidumbre que vuelve todo un todo pantanoso e inestable. Pero estamos bien.

Sí, se fomenta esa estabilidad donde nada es seguro; donde se usan genéricos por no nombrar, por no sentir, por no atravesarnos. La queja luego, y luego la resignación. Al fin y al cabo ¿de qué sirve? Las preocupaciones se reducen a mantener la virtualidad de la propia existencia. La depresión se cura con una prótesis de nuestra sonrisa. El placebo más efectivo, te generas una otra vida sin el otro; y si no gusta, se personaliza ese laberinto donde todo es igual.

Manos que no tocan, corazón que no siente.



Dejo al calce el artículo que inspiró:

jueves, 14 de junio de 2012

Tus manos

Me caí entre mis huesos,
esta carne es hojarasca;
fue tus sábanas, fue tus sueños.
Fue legajos e imprimía tanta sangre
y la saliva con el canto de mis besos.


¡Te gemía en las orejas!
Las ojeras se cansaron.


En los dientes sólo quedan
las huellitas de tus labios,
hojuelitas en la piel
de los ojos que lloraron.


¡Ya se rompen ambos pies!
Y no quiero seguir andando,
en el cáncer de mi piel
tus caricias se quedaron.

lunes, 4 de junio de 2012

Parapetos de panfletos

Me hierve el alma con el discurso panfletario de la ambigüedad y sus bendiciones. Irreflexivo, pues.

¡Tantas veces que se escucha en la juventud! Y aún la disculpa automática de "están chavos" es indignante por lo repetida. Y no es que se busque sentar una verdad absoluta, no soy hombre de dogmas, pero sí fomentar la discusión y la investigación crítica... No el tomar de pretexto el amor-desamor, la vida-muerte, el deseo-pasión como fichas de dominó que desemboquen en un efecto que casi siempre se muere pasadas tres fichas.

¿Qué pasa?

Pasa que la dualidad se ensucia con ambigüedad. Es cierto, el azar es insoslayable; el equívoco es la pimienta del platillo y el acicate para continuar navegando asintóticamente a las respuestas de nuestras preguntas. Sí, el fango es delicioso en el viaje y la inestabilidad de la tierra entre los dedos es necesaria. El problema y la injusticia vienen cuando se extraen esos nombres: equívoco, azar, ambiguo, y se conforman panfletos que no informan ni nada, productos milagro que se consumen y se utilizan como parapetos ante la realidad.

¡Hay que decirlo!

Da culo, da terror tomar la propia carne y empuercarse. Darse cuenta del propio error, del propio orgullo, del propio celo y la propia estupidez... Olfatear la casa podrida de desidia por limpiar, de ese olvido de uno mismo que engulle lo mejor de la vida y entonces, cuando la peste llega, nadie quiere limpiar y sale huyendo.

Lo peor es cuando la libertad se ensucia con ese panfleto idiota. Y nos decimos libres por desfachatados, por deshilachados, por ensuciados de olvidos y desidias.

Entonces lloro.

sábado, 2 de junio de 2012

El hilo negro de mayo

Con ustedes el hilo negro de uno de los meses más difíciles;


Comentario del hilo negro 70: Hay momentos en la vida en los que no se retorna y la acción es imperativa, en esos momentos la humildad es lo que debe vestirnos.


Comentario del hilo negro 69: Es una lástima que hasta la confianza se devalúe, desde hace años se piensa que es gratuita.

No pedir en trueque no quiere decir que no se tenga que merecer.



Comentario del hilo negro 68: Cumplir no es lo mismo que cumplimentar; se nota cómo el semi-analfabetismo sí que está representado.


Comentario del hilo negro 67: No es malinchismo, pero debería pasar en México lo que sucede con Iguazú, hay sitios de sobra que podrían cuidarse hasta hacerlos resplandecer tanto.


Comentario del hilo negro 66: El río no es vanidoso, tiene profundidad y cauce además de superficie.


Comentario del hilo negro 65: El amor no es una razón, pero se necesitan razones para amar.

El amor no es una decisión, pero se necesita de decisión para amar.



Comentario del hilo negro 64: ¿Será que si nos representan? Al final de la gestión es cuando recuerdan la palabra compromiso y maquillan la majada que olvidaron limpiar mientras pasaban... Pero ahora sí, te lo juro que no te fallo.


Comentario del hilo negro 63: Envejecer es aceptarse mortal, aceptar el tiempo que transcurre y nuestro paso a través de él, la vida en su desarrollo. Sin vejez no hay juventud, no hay vivencias y por lo tanto no hay disfrute de la experiencia.


Comentario del hilo negro 62: Esa no es maquiavélica, es hija de la chingada. (Porque también es día de la maestra).


Comentario del hilo negro 61: No es posible comenzar con lo mejor de lo mejor y argumentar que se tiene buen gusto o excelente preparación, "lo mejor" exige comparación y juicio de valor, por lo tanto una referencia conocida.


Comentario del hilo negro 60: Y sin embargo, el ausente se deja sentir y también tiene consecuencias.


Comentario del hilo negro 59: La vendimia electorera recurre al desnudo ¿tan ajeno nos es el cuerpo? El espectáculo que llama la atención es ver un par de pezones y un pene desde la multitud... Y eso es lo único que tienen, una imagen sin cuerpo, sin contexto, sin razón, sin deseo.


Comentario del hilo negro 57: La carne se come, se engulle, se toma, se respira; quien huye de la carne tal vez huye de la propia.


Comentario del hilo negro 56: Argumentos como sostén de la propia palabra.


Comentario del hilo negro 55: En ajedrez, si se protege nada más a la reina es casi seguro perder la partida.

lunes, 28 de mayo de 2012

A mis años

Carta abierta a mis años

Mis queridas y queridos,

Escribo esto desde el alma, como cada que escribo acá. La vida tiene un ritmo difícil de seguir, el tiempo sigue su curso y no me es posible detenerme más de lo suficiente para decidir dar un paso después de otro. Confieso que la tibieza no es una característica que me agrade, aunque por mucho tiempo, más del que quise, la abracé como una manera de llevar-la-fiesta-en-paz.

Quiero decirles, a quienes gustaron de leerme, que soy un hombre de garantías y que quiero hacer mía la madurez a la que me han llevado con todas esas veces que tocaron mi vida. Quiero dejar claro que mis decisiones tienen consecuencias y que no me haré irresponsable de ellas, a pesar de que en ocasiones duela mirar el trecho andado y las lágrimas amaguen con convencerme de dar traspiés hacia atrás: No los daré.

También soy melancólico y nostálgico en más de una ocasión por día; gusto de mirar mis huellas y reflexionar, en ocasiones más de la cuenta, sobre su profundidad y su color (¡cómo me cuesta discernir entre matices!). Por ello quiero ser certero en cuanto quién, cuándo, cómo y más aún: Por qué.

No pido paciencia ni oportunidad, pido lectura y pregunta: diálogo.

Miro el día a día y pienso que en el discurso pocas veces se siente veracidad, convicción, decisión. En ese sentido, amo a quien siento cierto de sus sentires, a quien siento decidido en su entrega. Me da rabia el cuentagotas cuando de la vida se trata, morir de a poco por el miedo disfrazado de voluntad y coquetería. En mi opinión, hay maneras de hacer las cosas: Los amagues son divertidos y sabrosos, pero no cuando es titubeo (aunque es claramente comprensible, no es justificable joder externos por el propio miedo).

Lamento profundamente si herí en mi necedad, no tengo argumento para soslayar esa estupidez; si creen necesario conocer mis razones, estoy gustoso de dialogar al respecto y aclarar lo que intenté aclarar en esta misiva.

Javier

martes, 22 de mayo de 2012

Universidad

Un café siempre es un buen pretexto, mantener ocupados los labios y la lengua; las manos pueden destrozar la calma de una servilleta o ahorcar un cigarrillo que aguarda por la flama que le de una razón de estar ahí, en la antesala. Mientras, la charla.

Una o dos citas pretenciosas y todo sigue igual. Como uno de esos que le mueven al café cuando ya se ha diluido todo cuanto le añadieron. Vamos, para eso están las citas pretenciosas, para soltar un destello culturoso.

Pero digamos que la persona tiene idea de cómo hablar, entonces la cita deriva en una charla que parece ser interesante y efervescente, florida y carnosa. Al final, cuando uno mira con detalle lo que se parloteó, se da cuenta de que ¡oh, sorpresa! No se dijo salvo, de la superficie, lo obvio. Como descubrir el hilo negro, lo que cabe en tres o cinco líneas, una escaramuza de esas de pasillo o de vagón del metro antes de la partida irremediable, pero que se alarga. La mezcla entre no saber decir pero medio saber qué decir o qué se querría decir.

A pesar de que en ocasiones no es intencional, el vacío de las palabras en una charla ficticia sigue molestando.

¡Y hay quienes se dicen preparados por estar en la Universidad!

Curiosamente tiene menos de superior que de educación, lo cual empeora su imagen. Ese recinto de análisis y crítica devino una cápsula, una sala de estar donde precisamente las palabras son vacías porque sólo se parlotean y al final siempre está el escudo del oxímoron o de la belleza en la contradicción tan humana, en que las reglas están para romperse. Lo más triste es que recursos tan críticos devienen pretextos para los holgazanes.

¿Qué hay de ese matiz de universalidad del universitario? Independientemente del nombre del recinto, se entiende el contexto al que me refiero.

¡Nada!

Pocos en realidad son quienes se interesan por lo que acontece más allá de sus muros (qué apropiado momento para usar esa palabra). En comparación con la matrícula universitaria, al menos en México, pocos son los que hablan más allá de su jerga y menos los que se atreven a entrever que tal vez, sólo tal vez, su disciplina no es el non plus ultra.

Hay que aclarar: Es obvio que si estudié biología hable de cosas de biólogos, pero limitarme a eso es lo que señalo como un error, pues es contradictorio con la idea de universalidad, de un campus donde pueden converger discursos de distintos campos del conocimiento y fomentar la discusión y la argumentación, de pronto la cosa se vuelve dogmática y aún si uno se mete a los escabrosos caminos de la teología y el diálogo religioso, comienzan los fanatismos.

Resuenan el no me interesa, el ¿para qué?, el no sirve, el ¡no voy a gastar mi tiempo explicando a idiotas que me entenderán! y un larguísimo etcétera.

Al final, lo más triste: ¡Cuántas quejas hay de lo apestosa que es la realidad social! Pero cuánta apatía y egoísmo.

¿Las marchas? ¿Las manifestaciones? ¡Faltaba más! Ya era hora de que metiéramos mano en un presente que construimos entre todos.

domingo, 6 de mayo de 2012

Madre

Mis ojos vuelan y se posan en ese vientre,
donde el aire vino a mi garganta,
ahí donde toqué piel adentro, tierra adentro.

En tus manos se hace barro
y dentro de él hay mole, hay chiles, hay agua.
En mis dedos, el maíz y la salsa,
en mi lengua, las palabras
y en mis pies, el deseo de volver a la cuna.

El suelo donde nací, el que me arropa,
donde germina el maguey que florea;
sonrisa que rompe el cielo y su ropa,
sus nubes, sus vuelos, sus momentos
cuando sólo un instante el coyote llora.

jueves, 3 de mayo de 2012

El hilo negro de abril

Retrasado por múltiples actividades... Lo siento.

Comentario del hilo negro 54: Si no es que se prohíban las cosas, es que debe sembrarse eso que tanto nos caga: responsabilidad; y caga porque da hueva, porque nace de la reflexión sobre los propios pasos, de la ética.

Pero resulta más sencillo gritonear ¡Que maten a toda la puta bola de pinches intolerantes ojetes por reprimirnos! 


Comentario del hilo negro 53: ¡Perder la memoria! ¿Acaso se pierde lo que no se tiene? La biblioteca, para existir, requiere de que se valoren los libros para poderse resguardar; en abril ¿quién nos roba el valor de los recueros?

Pero claro, de pronto vienen las quejas de que no tenemos tales o cuales políticas tan loables... ¿Y el contexto? 


Comentario del hilo negro 52: Tampoco es novedad que es imposible organizar un debate cuando el verbo "argumentar" se ha desvirtuado al asqueroso "trollear".

¿Y cuando se habla en serio? Brilla el silencio. 


Comentario del hilo negro 51: Argumentos, alimento del olvido. Prohibición, el pan de cada día. ¿Qué será cuando le inventen la palabra al bullying político? ¿Habrá marchas para que prohíban las elecciones? ¿Qué, cuando prohíban vegetarianismo por evitar sufrimiento a las pobrecitas plantitas? ¿Qué, cuando prohíban los exámenes por la cantidad pasmosa de depresiones en reprobados?

Las cosas no se solucionan menospreciando lo ajeno como simple, a menos de que el análisis concienzudo redunde en que eso analizado sí es simple.

Recuerdo el oscurantismo y el potro por no comer cerdo, por dejar algunos ejemplos al calce. 


Comentario del hilo negro 50: Tan acostumbrados a la no-vida de lo urbano que olvidamos mirar los rasguños de la vida como vida misma; en los intersticios hay burbujas ¡qué cómodo! Pero, si no se tocan las paredes ¿vivimos? 


Comentario del hilo negro 49: Hay gente que piensa que pierde poder cuando no da indicaciones o cuando no pone a sufrir, tanto se ha devaluado la lealtad que piensan que es tan extraviable. 


Comentario del hilo negro 48: Vivir y dejar vivir se basa en respeto, no en lavarse las manos. 


Comentario del hilo negro 47: La buena nutrición incluye necesariamente el goce del alimento. Los platos malos necesitan siempre de mucho adorno y presentación, maquillaje pues para atraer. 


Comentario del hilo negro 46: Como pagar por mirar la vida, en eso devino vivir en este ambiente consumista. 


Comentario del hilo negro 45: Los teatreros y los científicos, entre otros, son (somos) tremendamente escatológicos, pero eso queda en intento. Del destino nada sabemos salvo la muerte. 


Comentario del hilo negro 44: Para resolver las cosas con frialdad hace falta valor y lo que en buen mexicano llamamos "huevos". En este sentido, hay una diferencia bien descrita en buen mexicano:

No es lo mismo ser frío a que te dé frío. 


Sólo muriendo tranquilos podemos probar que en nuestra vida no fuimos cobardes (Alejandro Jodorowsky)... Comentario del hilo negro 43: Hay formas de vivir y formas de morir; ésta no te alcanza ni tú la alcanzas a ella, porque no hay persecución, es una con la vida. Sin embargo, nos gusta mirar la vida con la metáfora del caminante... 

¿Sabemos caminar? 


Comentario del hilo negro 42: Lo peor de la actualidad es que somos sombras esperando expectativas que se escurren cuando cambia el aire, y aún pensamos que depende de nuestra vista. ¡Salir de la inercia! Lo estático no tiene vida. 


Comentario del hilo negro 41: Lástima, hay quien confunde criticar con quejarse y quejarse con soltar al aire sus frustraciones.

Cierto, hay de críticas a críticas, pero en general contienen más argumentos que una queja; además, deben relacionarse con un punto de referencia más allá del mero gusto y disgusto.

¿Somos críticos o más bien quejosos? Y aún los quejosos ¿no son más bien frustrados? 


Comentario del hilo negro 40: Todo tiene un porqué, el problema es el tiempo y el esfuerzo. 


Comentario del hilo negro 39: La dificultad de aceptar y mantener el laicismo en México radica en que no es un país que se encontrara en la convergencia de distintas creencias. Antes bien, se buscaba enterrar y olvidar en aras de una única religión que es la que pelea el no-laicismo disfrazado de libertad. 


Comentario del hilo negro 38: Ser laico no es una convicción religiosa, es una postura política. Ser ateo sí es una convicción religiosa, lo mismo que agnóstico y que católico y que musulmán y que budista, etcétera, etcétera, etcétera.

Tal vez es que los dogmas en la política se han hecho tan evidentes que parecen religiones. 


Comentario del hilo negro 37: A riesgo de parecer repetitivo, un tema por demás consabido, amén de antaño. Tan inmersa está en nosotros la idea de Eurasia (que África ni se contempla, Egipto se pega a Europa y Oceanía apenas se recuerda) como referente de cultura y sapiencia que olvidamos lo que aquí en casa hay.

No discutiré las bondades de las culturas grecolatina, egipcia, india o sumeria, entre otras; tampoco el uso del español (aunque con orgullo, español mexicano y bien mexicano) ni las reflexiones y adelantos eurasiáticos. Lo que discuto es que parece ser la única opción de referencia y frecuentemente con el valor agregado de cierto desdén hacia lo propio. 


Comentario del hilo negro 36: Una afortunada mesa de discusión sobre teatro físico me dejó, entre otras, esta pregunta: ¿qué pasa con lo vanguardista que ha devenido retaguardia?.. Apenas seguimos el paso a las propuestas avejentadas, no sea que nos acusen de edaísmo pero es que ¡no quiero ser flor sin raíz!

El entramado tiene parkinson y apenas nos aferramos a una hebra, cavilamos, cavilamos y se nos corta la garganta desde dentro por la sed.

jueves, 19 de abril de 2012

Meyolotl

¿Quién se mete en la carne?
¿Quién bucea en la saliva y sus palabras?
En la sangre, en el gastro, en la bilis;
¿quién conoce las cavernas pulmonares?

¡Se gangrena, se gangrena!
Esta yema se me muere con las huellas que perdió.

En los iris hay un hueco,
¿quién se acuesta en él sin mirar dentro?
¡La garganta se me inflama!
¿Quién soy yo, qué es la estera bajo mis plantas?

Un suspiro y sólo eso nos mantiene,
en el pecho tengo brasas.
Un corazón de maguey que se desgrana.
¿Qué será del aguamiel que escurre?
¿Llenará acaso tu garganta?

miércoles, 11 de abril de 2012

Punto



Podría ponerte un par de notas
pero es vano usar papel,
es inútil compararlo con un claustro
donde habites, donde sueñes.

Podría y no puedo, y no quiero.

Busco tu boca, tu nariz,
tu puerta, tu ombligo, tu matriz.
Busco los dientes con que como
por la piel, que se deslicen
por mis brazos, por mis piernas.

Tengo una noria, te toco;
tengo unas gotas libres de antojos,
libres de sales, de vienes,
de horas, de segundos.

Toco tu lengua con la pluma,
al norte navega, a tus escollos;
al sur se descuelga, a tu ombligo,
a tu boca, monte extraño.

Toco las hojas, las uñas,
ellas hablan historias de polvo;
mi espina dibuja los mares,
los ríos sin otoños.

¿Ves?
No es necesario.

La luz decide olvidarnos,
las notas inútiles suenan.

Toco tus ojos, los desgarro.

Derramo.

Punto.



Este, en especial, fue el poema que me granjeó entrar a Octavos de Final en el Torneo de Poesía 2011 y es uno de mis favoritos. Además, fue el primero que declamé ante público y en esa ocasión me llevé un buen aplauso.

domingo, 8 de abril de 2012

Deení

Del oscuro fondo de la noche nace luna con sus besos
en las pencas que se quedan, asoleadas, en el monte;
terroso monte, espinoso monte, nocturno monte.


Las espinas de la opuntia con estrellas reflejadas,
qué difícil es mirarlas sin sereno a media noche.


¡No son nubes!
Son mezquites los que guardan tanto cielo
entre las ramas de hojas que camuflan golondrinas,
oscuro vuelo, oscuro seno.


En los ojos brilla el barro entre las manos,
tan cansadas, tan quebradas, tan añejas;
azadón y hoces, el mecate entre los dedos
que en el cuello del borrico hace las cruces.
En los labios hay un blanco que no es leche,
hay un blanco que no es luces.


Polvo, polvo y rocas rotas en el valle,
pero no se huele podredumbre;
allá en el puerto se miraban ambas cuencas,
por un lado los riachuelos y las casas sueltas,
por el otro milpas, milpas y un río grande,
un poblado más maduro, más grandote.
En el medio, cerros azules.


Si amanece en primavera, hay un sol anaranjado,
hay un sol que se hace miles en nopales,
en la tierra hay escamoles,
pasa el tiempo y se guardaron las estrellas
¡se comieron cada una y ahora son negras!
Entre espinas y entre polvos,
el nopal con lunas que se cubren de verde tierra.


Y me dice, voz cansada: Sosteniendo con dos és,
eso es flor en otomí.